El acné suele mejorar en verano. O, al menos, esa es la percepción generalizada. Pero hay que tener presente que eso de que el acné mejora con el sol es una verdad a medias, ya que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
A pesar de que el sol tiene un efecto antiinflamatorio sobre la piel con acné, es necesario tomar una serie de precauciones para minimizar los riesgos.
La exposición solar puede provocar el engrosamiento de la piel. Esto responde a un mecanismo de defensa de nuestra piel para evitar que el daño solar penetre en las capas más profundas de la dermis. Como resultado, los poros se obstruyen, impidiendo la salida de la grasa al exterior.
Otro de los peligros del sol sobre el acné son las marcas producidas por la hiperpigmentación de los granos. Así como la deshidratación de la piel, que causa que para compensarla las glándulas sebáceas aumenten la producción de grasa provocando seborrea.
Refuerza los cuidados de la piel con acné en verano
Para contrarrestar todos estos posibles efectos negativos de la exposición solar en verano, es importante seguir estas rutinas:
- Utiliza protección solar apropiada a tu fototipo de piel y que sea oil free.
- Limpia la piel mañana y noche con productos específicos para pieles grasa o con tendencia acnéica. Puedes usar el Gel Purificante Acnidul, que contiene té verde, tomillo y caléndula, con propiedades antisépticas, y tomillo, que posee propiedades antibacterianas, por lo que resulta muy útil para las pieles grasas.
- No renuncies a la hidratación en verano. Eso sí, utiliza una crema específica para piel grasa o con tendencia acnéica, como la Crema gel hidratante matificante Acnidul.
- Procura prescindir del maquillaje en verano para que tu piel respire mejor
- Cuida tu alimentación, sigue una dieta rica en frutas y verduras y limita el consumo de grasas saturadas.
- Evita el consumo de alcohol y tabaco.