Si tienes acné la exfoliación ha de formar parte de tus cuidados. Para que sea efectiva no has de excederte en el número de veces que la realizas y, sobre todo, tienes que hacerla con productos específicos para pieles grasas o con acné.
La exfoliación facial forma parte de los rituales de cuidado de la piel. En el caso del acné, es aún si cabe más importante, dado que ayuda a limpiar los poros, retirando el exceso de grasa, y contribuye a acelerar el proceso de renovación de la piel.
Eso sí, siempre que se realice teniendo en cuenta ciertas recomendaciones:
- En primer lugar, en el caso de las pieles grasa o con tendencia acnéica es muy importante que la exfoliación se realice con productos específicos. Evita los que tienen microesferas, son demasiado abrasivos para las pieles con acné.
- Puedes optar con soluciones que contienen ácido salicílico, que además de sus propiedades antibacterianas, actúa como exfoliante, haciendo un efecto peeling que ayuda a renovar la piel. La línea Acnidul cuenta con distintas soluciones con ácido salicílico: el gel purificante Acnidul, para la limpieza diaria de la piel, y la mascarilla seborreguladora (su aplicación una o dos veces por semana seca la piel y equilibra el exceso de sebo).
- Otro consejo muy importante a tener en cuenta es que no hay que excederse a la hora de exfoliar la piel. Si lo hacemos, haremos que la piel se reseque y aparezcan rojeces, irritaciones e incluso inflamación.
- Y, para terminar, ten en cuenta que tras la exfoliación es muy importante hidratar la piel con una solución específica, como la Crema gel Acnidul. Gracias a su contenido en ácido glicólico ayuda a acelerar la renovación de la piel. Se recomienda aplicarla mañana y noche sobre la piel limpia.